Historietas cotidianas: la cola del super

Los que vamos regularmene al supermercado nos hemos encontrado con la escena habitual de llegar a la cola de la caja y encontrar mogollón de gente. En breve llega otra cajera que abre otra caja y dice a la gente... pueden pasar por aquí.
En montón de ocasiones me ha pasado que los que estaban detrás mío en la cola me pasaban por delante por todo el morro hasta que he decidido hacer valer mis derechos de espera y poner a los colones en su turno de llegada. Esto supone poner la cara totalmente seria y decirle al colón, perdone pero yo estaba antes, han dicho que pasemos por turno de llegada. Jejeje, la cara que se les pone es un poema, pero nadie osa discutirme. Mis hijas me dicen que infundo miedo juas juas, y yo les digo que me trae al fresco que los frescos se incomoden, que el que quiera pasar porque tiene prisa que me pida permiso amablemente, que no se lo negaré, pero paso de listillos-as.

Catenaria echando chispas xD

pero hasta han llegao a decirme: me puede dejar pasar, que me he dejao la olla puesta?
vamos que se ha ido a comprar y se ha dejao la olla al fuego, así solita ella
a lo que he respondido: y yo tengo q darle la teta al niño, no te digo... anda pasa, pasa...(una que es tonta del bote)

me ha gustao lo de la teta. A mi me han dicho que es que les venía el marido a comer (el menú del día, claro, porque ellas eran in-co-mes-ti-bles) y yo...... pues yo me he escapado del curre. así que ya me dirá usté quien va más apurada.

yo cuando he trabajado de cajera he presenciado numeritos de colones pa dar y regalar. Lo que me dio más pena fue una vez que un viejecito se coló con una cosita delante de dos hermanas que llevaban dos carros hasta arriba. Y él no pidió na, sino que directamente se vino pa mi, y yo no me cosqué y le cobré. NO veas como se puso una de las dos hermanas, que gentuza, puso al viejo de vuelta y media, y el pobre viejo to azorao y le decía: ya, mujer, ya, me eh colao, pero es que llevo una cosita na má, y usted dos carros. Y la tia seguía: sinverwenza, menuda poca verwenza tienen los viejos, porque blabalbalbla, y al otra hermana to apurá diciéndole que parara ya, y ella seguía y seguía... y me daba una penita el viejecito, que además eran de estos abuelitos entrañables como el que perdió a Chencho en la plaza mayor, con su boinita, mu viejecito, mu arrugaito, mu poquita cosa, y con una cara de wena persona... un abuelito werther...